Hace unos días surgió la noticia del fallecimiento de Brent Hinds, como consecuencia de un trágico accidente en motocicleta. Hinds fue conocido por haber sido guitarrista de la banda estadounidense de metal, Mastodon, durante 25 años.
Conocer la noticia fue una gran sorpresa, ya que Hinds había estado en mi conciencia en las últimas semanas. Hace apenas algunos meses se anunció su salida de la banda, y aunque inicialmente se planteó como una separación mutua y amigable, poco a poco se reveló que no era así.
Hubo drama y comentarios acusatorios de Hinds hacia sus excompañeros. Creo que muchos fanáticos de Mastodon observábamos con cierta amargura cómo se desarrollaba la trama, conscientes de que una de nuestras bandas favoritas nunca volvería a ser la misma.
Por mi parte, Mastodon es una de las pocas bandas estadounidenses actuales de metal que realmente me gustan, y Hinds siempre fue mi miembro favorito. Como guitarrista líder y co-vocalista de Mastodon, era una pieza fundamental de la banda. Su sonido en la guitarra, estridente, caótico, pero inquietantemente musical, relucía en todas las canciones, al igual que su inconfundible voz.
El fallecimiento de Hinds, a sus 51 años, me deja una sensación de intranquilidad. Me afecta, porque por un lado me recuerda lo efímera que es nuestra existencia humana, pero también me hace pensar en el triste final de su carrera. Después de 25 años de arduo esfuerzo y de haber alcanzado un enorme éxito con la banda, es expulsado del trabajo de su vida por los demás miembros, solo para encontrar una súbita, violenta y solitaria muerte meses después. Probablemente hay muchos detalles que desconozco sobre la separación de la banda, pero planteado de esta forma suena duro.
¿Seguiría vivo si no hubiera sido expulsado de Mastodon? Quizás. Probablemente habría estado haciendo algo distinto la noche del accidente. No se sabe. La vida es así de impredecible. Ya no hay vuelta atrás.
El contraste con otro reciente fallecimiento en el mundo del metal, el de Ozzy Osbourne, es notable. Una partida muy distinta a la de Hinds. Esto es comprensible, dado que Ozzy era una figura mucho más grande e icónica en la historia del metal.
Ozzy se despidió de este mundo como un rey, o en su caso, como el “Príncipe de la Oscuridad” (como era conocido.) Murió en su casa, acompañado de su familia, apenas tres semanas después de un exitoso concierto masivo de despedida para él y su legendaria banda, Black Sabbath. El motivo del concierto fue que Ozzy ya estaba en un estado muy avanzado de la enfermedad de Parkinson, y hasta tuvo que cantar sentado, por lo que era fácil predecir que no volvería a los escenarios, aunque nadie anticipó que moriría tan pronto después del evento.
En ese concierto, durante el transcurso del día, tocaron muchísimas bandas del mundo del rock y el metal. Fue un enorme homenaje a Ozzy y Sabbath. Irónicamente, la banda que tuvo el honor de abrir el concierto fue precisamente Mastodon, que se presentaba sin Hinds. Recuerdo haber visto ese día la transmisión en vivo del concierto, que duró 10 horas, y haber pensado que me hubiera gustado mucho ver a Mastodon con Hinds en la guitarra. En retrospectiva, un recuerdo agridulce.
En fin, tanto Brent Hinds como Ozzy Osbourne nos dejan un enorme legado de excelente música que podremos seguir disfrutando. Al menos mientras duren nuestros días.