El cantante español Enrique Bunbury lanza su nuevo disco, "Cuentas Pendientes" , donde explora la música hispana y latinoamericana.

Bunbury lo explica de esta forma: "En este nuevo disco hay una mirada atrás, al folklore y a los ritmos tradicionales en nuestra lengua común. Con la guitarra española, el piano, el contrabajo y la percusión como protagonistas del sonido y la producción." Agrega, además, que el disco fue grabado con la participación de diversos músicos latinoamericanos.
Bunbury aclara además que "no es un disco de Rock, y no hay electrónica." Los fans que solo disfruten del lado rockero o electrónico del cantante quizás prefieran pasar por alto esta producción.
Bunbury ya había explorado la música latina una vez, hace más de 10 años, en el disco "Licenciado Cantinas", pero las diferencias entre ese disco y "Cuentas Pendientes" son considerables.
En primer lugar, las canciones de "Licenciado Cantinas" fueron arreglos propios de temas de otros artistas, mientras que en "Cuentas Pendientes" todas las canciones, exceptuando "La Hiedra", son composiciones propias.
Además, en "Licenciado Cantinas" Bunbury exploró un sonido latino más caribeño, con música bastante más viva y movida, fuertes cumbias, rancheras, y hasta salsa. En "Cuentas Pendientes" aparece aún algo de cumbia, pero es más reservada, y está rodeada de canciones con sonido de tango, bolero, y hasta bossa nova.
Otra notoria diferencia es que en "Licenciado Cantinas" hubo un fuerte uso de guitarras eléctricas, distorsión, sintetizadores y arreglos musicales a veces bastante densos. "Cuentas Pendientes" es un disco con un sonido austero, y una instrumentación sencilla. A veces quizás hasta pueda resultar demasiado simple, musicalmente.

En “Cuentas Pendientes” la guitarra acústica es el instrumento principal, seguida del piano, sobre una base rítmica de batería, percusión latina, y un prominente contrabajo, relativamente movido. El bajista que participó en la grabación es experto en Latin-Jazz, y esto se nota.
Debo agregar que soy fanático del sonido del contrabajo en todos sus usos generales, pero aceptemos que no es un instrumento tan preciso como un bajo eléctrico. En ensambles de Latin-Jazz, o incluso uno más moderado como el que se presenta en "Cuentas Pendientes", puede contribuir a causar una sensación un poco caótica, como si rítmicamente no todo estuviera perfectamente sincronizado. Creo que es parte del encanto.
De hecho, me da la impresión de que Bunbury estaba más interesado en capturar el sentimiento de la interpretación de los músicos tocando en conjunto, que en lograr las tomas perfectas en el estudio. En este sentido, no es un disco moderno perfeccionado con técnicas digitales de producción musical, sino todo lo contrario: altamente orgánico.
En fin, las canciones de "Cuentas Pendientes" son muy fidedignas y respetuosas a su estilo y tradición. Bunbury dijo esto al respecto de los intérpretes del disco: "los músicos escogidos son conocedores en profundidad del lenguaje que se maneja, intérpretes sensibles e ilustrados." Algo muy notorio.
Pasando a las letras de las canciones, debo agregar que constantemente me transmiten una sensación de pesimismo, con cierta resignación al dolor.
Algunos ejemplos:
“Saliendo del arrabal”:
Todas las horas hieren,
es la última la que mata.
“Las chingadas ganas de llorar”:
Resistimos mientras
todo alrededor
se derrumba y aguantamos
las chingadas ganas de llorar…
Y remata contundentemente en "Te puedes a todo acostumbrar":
Las penas de la vida
son inmensas,
y cada uno tiene su opinión.
¿Qué podría yo añadir
a tanta confusión?
Te puedes a todo acostumbrar,
incluso a lo peor.
También abre la puerta a posibilidades de cambio que surgirán de problemas y situaciones de dolor, en el primer tema del disco, "Para llegar hasta aquí":
Cuando todo se derrumba,
algo nuevo crece en ti.
Me identifico con esas letras. Es un Bunbury conectado con la esencia humana. El dolor, un elemento inevitable en la experiencia de todos los seres humanos.
En fin, creo que es un disco que puedo apreciar, aunque no sea el tipo de música que escuche usualmente. Esta capacidad de apreciación ha venido de la mano con mi propia apertura musical lograda a través del tiempo. Probablemente en mi adolescencia, justo cuando Bunbury comenzó su carrera de solista con "Radical Sonora" (un disco completamente de música electrónica, nada más y nada menos) no hubiera sido tan receptivo a "Cuentas Pendientes".
Pero bueno, a estas alturas, después de 13 discos como solista, ya estamos acostumbrados a que el aragonés salte súbitamente de un estilo a otro.
Bunbury nos deja este pensamiento final sobre su disco: "Espero que mi personalidad como autor e intérprete se entrevea lo suficiente para que, aunque sea un disco con vocación hispana y latina, sea, claramente, un disco de Bunbury."
Sin duda, además de la inconfundible voz, y las letras extrañas y elaboradas, hay un sentimiento inquietante en todas las canciones. Es como si al oírlas reconociéramos el género, pero hubiera algo raro ahí, junto a una oscuridad que solo puede provenir de Enrique.
Un detalle adicional es que el disco en su totalidad tiene apenas una duración de 38 minutos, siendo el disco más corto de Bunbury a la fecha. Quisiera que más artistas lo hicieran de esa forma. Con tanta buena música que hay hoy en día por escuchar, y tan accesible, aprecio a artistas que logran hacer una declaración musical bien pulida, en lugar de intentar abarcar el mayor tiempo que puedan, algo que el mismo Bunbury ha hecho muchas veces antes, para ser justos.
Como nota final, Bunbury nos deleita con una gran sorpresa: El Huracán Ambulante, la banda que acompañó al cantante durante sus primeros años como solista, grabando con él grandes discos como "Pequeño", "Flamingos" y el disco doble "El Viaje a Ninguna Parte", lo acompañará en la gira de presentaciones de "Cuentas Pendientes", por varias ciudades de Latinoamérica, EE. UU. y España. Además de presentar el nuevo material, interpretarán canciones de esa época. Para grandes fanáticos de esos discos de Bunbury, un evento que resultará imperdible.