Reseña: David Gilmour - The Luck and Strange Concerts

El nuevo álbum en vivo de David Gilmour, el legendario guitarrista y vocalista de Pink Floyd, titulado The Luck and Strange Concerts, captura la esencia de su gira homónima de 2024, donde promocionó su álbum de estudio Luck and Strange.

Es un disco doble con 23 canciones y se centra en el material de Luck and Strange, donde Gilmour y su banda presentan las 9 canciones que componen la versión estándar del álbum, junto con unas cuantas del álbum que le precede, Rattle That Lock (2015) y varias otras más de Pink Floyd.

Me complace que el disco va más allá de ser solo una colección de canciones de la era dorada de Pink Floyd, con algunas cuantas de solista de David Gilmour, sino que el material de solista es vasto, y se entrelaza fluidamente con los temas de Floyd.

Aunque pienso que algunos de los temas obligatorios de Pink Floyd que han sido incluidos son innecesarios. Entiendo la razón de su inclusión. Fueron parte de la gira y es lo que muchos fanáticos esperan oír, pero ¿de verdad necesitábamos otra versión más de Breathe, Time, y sobre todo de Wish You Were Here? En su lugar me hubiera gustado más escuchar temas más oscuros y rebuscados de la discografía de Gilmour y de Floyd.

Interesantemente se incluye Fat Old Sun, la canción más antigua de esta colección, compuesta por Gilmour y originalmente del álbum de Pink Floyd de 1970, Atom Heart Mother.

Por otro lado, hay varios cortes del disco de Pink Floyd de 1994, The Division Bell, que me parecen muy buenas elecciones, especialmente High Hopes.

Between Two Points, una de las canciones de Luck and Strange, sigue siendo un punto muy alto del nuevo repertorio. Cuenta con Romany Gilmour en la voz principal, quien es hija del guitarrista, y además de cantar toca el arpa en este emotivo tema. Romany estuvo presente durante la gira como una de las coristas.

Los demás componentes de la banda son una combinación de músicos que han acompañado a Gilmour anteriormente (tal como Guy Pratt en el bajo) y varios otros que es la primera vez que le acompañan. El guitarrista ha comentado que decidió renovar su banda, despidiendo a algunos músicos para evitar “un sonido robótico”, trayendo energía nueva.

Y bueno, la banda no decepciona. Son músicos de primera categoría y sus ejecuciones son fieles a las versiones de estudio, pero inyectadas de una personalidad única, con toques cálidos de soul, jazz y un sonido bastante orgánico.

David Gilmour, por su parte, siempre ha tocado su guitarra con cierta melancolía, pero me da la impresión que en esta ocasión pareciera ser aún mayor, como si estuviera expresando con sus solos una palpable tristeza, quizás por no saber si será la última vez que tocará en vivo. Después de todo cuenta con 79 años.

Su edad se nota especialmente en su voz al cantar. Gilmour parece tener el entusiasmo, pero definitivamente no cuenta con la misma vitalidad que solía tener.

El álbum termina con el tema clásico de Pink Floyd, Comfortably Numb, porque por supuesto que tiene que terminar con esa canción, siendo una de las canciones más representativas de David Gilmour en su era de Floyd, pero que además concluye con su solo de guitarra más emblemático de todos.

Debo agregar que lamento que esta colección en vivo no haya incluido ninguna canción del disco de solista de Gilmour del 2006, On An Island, el cual siempre ha sido de mis favoritos en la discografía del guitarrista.

El disco está disponible en versión Stereo y en Dolby Atmos. Coincidiendo con este, se lanzó además un Blu-ray/DVD titulado Live at the Circus Maximus, Rome, que contiene íntegramente un set de los conciertos de la gira presentados en Roma.

En fin, pensaba que este disco no me iba a enganchar tanto, considerando que a estas alturas los fanáticos de Floyd hemos oído la mayoría de estas canciones incontables veces, pero en realidad lo disfruté bastante. El toque de la banda de Gilmour es excelente, y ejecutan las canciones desde su propio universo musical, brindando así algo nuevo que vale la pena escuchar.

Además hay algunas sorpresas, como nuevas partes corales sobre las canciones clásicas, junto a la novedad de entrelazar tanto el material de Floyd con los temas como solista de David Gilmour.

The Luck and Strange Concerts es un disco que suena bastante bien, y una excelente oportunidad para revisitar el material de Luck and Strange, así como algunas canciones de Pink Floyd.

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