Deftones continúa creando música con su particular estampa metalera. La banda de Sacramento, California, lanza su décimo álbum, private music, (estilizado en minúsculas, al igual que los títulos de las canciones.) Es su primer álbum de estudio en cinco años.
El álbum ha sido generalmente bien recibido por el público y la crítica, aunque, sinceramente, a mí me suena muy similar al material que la banda ha producido desde siempre. Es una nueva interpretación de lo que saben hacer bien, sin ir más allá.
Cuando Deftones creció en popularidad en la segunda mitad de los 90, fue en gran parte por contar con un vocalista excepcional, Chino Moreno, cuyo rango vocal amplio y dinámico sigue siendo la principal fortaleza de la banda. Moreno siempre ha acarriado a Deftones desde sus inicios con sus poderosos gritos y profundas expresiones de angustia, y continúa siendo la pieza clave de la banda.

Musicalmente, aunque los miembros de Deftones siempre han sido relativamente limitados, la banda se ha diferenciado de sus contemporáneos por crear un estilo de metal con influencias de dream-pop, art-rock y música experimental.
En private music, Deftones sigue el mismo guion, recurriendo al estilo inaugurado con su canción de 1997, Be Quiet and Drive (Far Away), de su segundo álbum, Around the Fur. Esta canción, probablemente la más importante de su carrera, sigue siendo tan popular que la banda la eligió para abrir las presentaciones de la reciente gira de private music, marcando deliberadamente el tono del concierto desde el inicio. Es la fórmula de “si algo funciona, no lo cambies”, supongo.
Aún así, debo admitir que private music por momentos me atrapó, como con la canción ~metal dream y su ensoñador coro:
“In your dreams, all we see are the gold drenched days laid ahead.
off we sleep and soon we’ll sink in perfect pose together.”
[“En tus sueños, todo lo que vemos son días dorados por delante.
Nos dormimos y pronto nos hundiremos en una pose perfecta juntos.”]
Es imposible no dejarse seducir por esa desesperada emotividad, pero a la vez ya no soy un adolescente incomprendido y angustiado para sumergirme de lleno en el asunto. Lo disfruto, pero al final me da un poco igual.
Una canción que me pareció especialmente llamativa es cXz, quizás la más pesada del disco. Es un dramático asalto a los sentidos. Imposible escapar de los gritos de Moreno en los versos.
Entre tanto metal emotivo, también hay una lenta balada, i think about you all the time, que no está nada mal.
Me pareció interesante el uso de sintetizadores en algunas partes del disco, como en el inicio de ecdysis o el final de souvenir , que crean una atmósfera temporalmente moderna y electrónica. Sin embargo, su presencia es breve y se desvanece rápido. Me hubiera gustado que la banda explorara más este aspecto electrónico.
private music es un buen álbum. Los seguidores de la banda reconocerán de inmediato su sonido característico y quedarán satisfechos con esta entrega, no me cabe duda, pero es como comida rápida: conocida, reconfortante, pero poco memorable. Es música bien lograda con sonido Deftones. En ese sentido, no hay nada que objetar, salvo que no aporta nada nuevo, lo cual no es necesariamente malo, aunque esté lejos de ser un disco clásico para la historia.
Adicionalmente, la mayoría de las canciones duran apenas unos tres minutos. Es casi como “pestañea y te lo pierdes”.
Eso sí, debo confesar que me encanta la portada con la serpiente sobre un llamativo fondo verde. (¿Demasiado Slytherin?)
Deftones sigue siendo una banda sólida. Son los “chicos del arte” del metal americano comercial. Sin embargo, hace 25 años su sonido era más fresco, interesante y relativamente original. Hoy corre el riesgo de perderse en el océano de bandas más innovadoras.