LUX es el nombre del 4to álbum de estudio de la cantante española Rosalía. Grabado junto a la Orquesta Sinfónica de Londres, el álbum cuenta con un sonido solemne y orquestal, lejos de la divertida música urbana de MOTOMAMI.
LUX (estilizado en mayúsculas) está dividido en 4 movimientos, reforzando así su carácter de obra clásica más que de álbum pop. Rosalía describió en un comunicado de prensa que en la letra de LUX (que significa Luz en latín), explora temas como “mística femenina, transformación y trascendencia”.
Un aspecto interesante del álbum es que aparecen letras en varios idiomas, incluyendo español, catalán, árabe, japonés, francés, portugués, italiano y alemán. Algunos solo con unas cortas frases y otros de forma extendida. La mayoría son idiomas que la cantante no habla de forma nativa, por lo que tuvo que asesorarse con especialistas en esos idiomas para asegurarse de que fueran presentados de forma correcta.
Las letras en estos idiomas están inspiradas en la vida y las historias de varias santas, lo cual agrega al sonido espiritual y místico del álbum. Esto se anuncia desde la portada, donde Rosalía aparece envuelta en color blanco y un hábito de monja.

Y bueno, como es de esperarse, la interpretación vocal de Rosalía es espectacular. Su voz es un instrumento musical diverso, con el que la cantante abarca distintos acercamientos vocales, especialmente el uso de su registro soprano con bastantes vibratos, pasando por un poco de pop, rap, flamenco y toques de momentos operáticos. Los sonidos de los distintos idiomas agregan a esta sensación de diversidad vocal.
El material musical del disco es complejo. Las canciones fluyen una tras otra, no siendo claro a veces dónde termina una y comienza la siguiente. El sonido general es una unión majestuosa entre lo tradicional y lo moderno. Las cuerdas de la Orquesta Sinfónica de Londres son la estrella instrumental en todo el disco, desplegando desde un sonido clásico hasta uno moderno y vanguardista, con toques experimentales.
Por momentos también aparecen sonidos electrónicos, trayendo el sonido del álbum al siglo 21. Un gran ejemplo es la canción Reliquia, uno de mis momentos favoritos del álbum. Una fusión electro-clásica vanguardista. Comienza con cuerdas con sonido clásico, pero se va degradando hacia el terreno de la distorsión digital, quizás representando la corrupción personal que aparece en la letra.
En Porcelana aparece lo más cercano a la música urbana con la que Rosalía ha sido asociada anteriormente, pero esta vez creada con instrumentos clásicos.
En Mio Cristo Piange Diamanti, que cierra el primer movimiento, Rosalía nos deleita cantando en italiano en una canción de carácter operático y lírico. Uno de los momentos más espirituales del álbum.
Le sigue Berghain (inspirado por el famoso club de Techno en Berlín). Es un asalto de cuerdas, acompañamientos corales clásicos y texturas electrónicas, donde Rosalía remata otro tanto de canto operático. Este tema es especialmente notorio por contar con la presencia de Björk como artista invitada (así como Yves Tumor) y una letra sobre tentación terrenal.
Uno de los momentos más divertidos del disco es La Perla, donde Rosalía nos cuenta su experiencia con un tipo, probablemente un ex, con una personalidad narcisista, tóxica y de poco fiar. El acompañamiento musical es un vals con sonido de corrido mexicano, que hace que el efecto de la canción sea bastante cómico.
Comenzando con Mundo Nuevo, aproximadamente a la mitad del álbum, el sonido de las canciones se vuelve más evidentemente español. La guitarra acústica empieza a hacer apariciones estelares y las raíces flamencas de Rosalía se dejan mostrar de forma más evidente.
De Madrugá, canción que cierra el segundo movimiento, es un jazz-flamenco donde incluso aparecen palmas flamencas. Un momento bastante memorable.
En Dios es un Stalker aparece música latina interpretada por la orquesta. Rosalía agarra bastante flow en esta canción.
El tercer movimiento del álbum termina con Sauvignon Blanc (en la versión digital), una balada acompañada con piano, bastante tranquila, quizás un deliberado momento de calma antes del final.
En La Rumba del Perdón llega a la cúspide el sonido flamenco de LUX. Es aparente que Rosalía está en su elemento.
El álbum y su cuarto movimiento termina con Magnolias, un himno solemne y sublime de aceptación a la muerte, como un momento positivo para llegar a encontrar la luz.
Es evidente que Rosalía y su equipo de producción le han puesto una atención minuciosa a cada rincón de LUX. Es un disco que empuja la cultura, sonando como nada más en la actualidad. Completamente ambicioso, no solo musicalmente sino también líricamente.
Con aproximadamente 3 años de producción, Rosalía ha dedicado bastante tiempo a desarrollar esta obra, y se nota. ¿Es el resultado un disco pretencioso o genial? Probablemente ambos, pero nadie podría negar que los resultados son espectaculares, con el potencial de afectar profundamente al oyente. LUX es un disco que seguramente va a dar mucho de qué hablar.



